28/02/2014 - ISBN: 789-84-9002-035-7
Ediciones Hiperión, S.L.
Calle de Salustiano Olózaga, 14 28001 Madrid
Tel. 915776015
info@hiperion.com
http://www.hiperion.com
V
Cuando me abrazas todo es sereno en mi cabeza dolida
y la angustia se cae de la almohada
al recipiente donde hierve la luz de la ropa sucia,
cuando me abrazas se pierden los voraces pensamientos
y siento que estoy tan dentro de ti amor
que te consumo a oscuras
mientras se disuelve la nada en la luz que creamos,
y el silencio de nuestros labios encendidos
es un ruido que jamás molesta,
crea una alianza que es dueña de mi vida,
el corazón permanece latiendo sin aurora
porque en la noche brilla el sol en tus ojos,
cuando me abrazas en la oscuridad
mis palabras cruzan tu cuerpo como una verdad
despertando un silencio reflexivo,
solo tengo letras para escribir tu nombre sin letras
y mi perenne ocupación es ofrecerte mi ternura
para que consumas la que necesites
y mis elementos fluyan poco a poco por tu sangre
como siervos felices de tu mirada,
cuando me abrazas empujas tu resplandor hacia el mío
y estoy tan dentro de ti amor que ya no dudo de nosotros
y solo sé amarte para siempre
quizá en un segundo que duerme congelándose
o en un recuerdo definitivo
que descansa sobre tus costillas milenarias
donde encuentro el hambre de la vida saciado
y miro la arena gris del mar que espera las palabras
aturdida porque tus huellas ya no se borran
y los labios de la marea dicen lo eterno.
XIV
Acaríciame con tus dedos finísimos,
son hilos que se hubieran
engendrado en las nubes,
cierro los ojos como un animal famélico y perdido
y deseo que tu gracia asexual me lleve al paraíso
con un ritual de frescor y verano
lleno de caricias que me levantan de la tierra,
voy a tumbarme en la noche más oscura
hasta que se seque el vacío
que escolta en mis sueños
por las calles donde no he conseguido encontrarte,
ámame en todas las habitaciones que tengo,
en los rincones y en los atrios helados
que ya no reciben el sol como un beso,
acaricia mi dolor en la más honda soledad del invierno
y en la cama más oscura de la tristeza,
nadie podrá decir que la luz está sucia
a esta hora de la noche.
XXXVII
Me sonreíste con tu cara rosada llena de espinillas
como si supieras qué nueva soledad
comenzaba a moverse por el alambre del vacío
antes de llegar al alma del espacio,
me ofreciste tu fresca mejilla, pusiste tu mano
sobre el cercado de mi corazón,
rompiste el muro que el ultraje de la vida
guardaba dentro de mi carne,
me devolviste los sueños que se desangraban
rechazando el miedo que se acercaba por el vestíbulo
para meterse en mi cama
como una fiera cuya ambición era dominarme,
cuando mi angustia de ciénaga a nadie le importaba
dormiste a mi lado desnuda,
todos los días y todas las noches que se agitaban
con el dolor de un pájaro mojado en mi corazón
fuiste el consuelo que estaba deseando,
me amaste con las últimas frases
que habían sido el remedio a mi negación absoluta
y cuando me quedé a solas con la muerte
aunque no pudiera verte, sabía,
que estabas a mi lado con tus labios ardientes
susurrándome al oído que las hojas marchitas
permanecen serenas en el paladar del universo,
siempre comprendías mi angustia
y el escozor oscuro que los parásitos del vacío
producían en mis manos
como si hubieses sido tú
quien hubiese creado el amor más grande
que me esperaba al final del túnel más oscuro.
INDICE
REGRESO
EL SUEÑO DEL AMOR
I
I Ven a mí amor quiero quitarte el frío
II Despiertas en mí una intensa autenticidad
III Siento un deseo que nace para no morir
IV El amor es un día de mi alma
V Cuando me abrazas todo es sereno
VI Tú tienes lo que mi vida necesita
VII Te pregunto si quieres venir conmigo hasta el infinito
VIII Todo lo que quiero tener está aquí ahora
IX No dejaré de amarte hasta que haya salido por mi vida
X Quiero tus labios cogiendo las palabras que me sobran
XI Acaricio tu piel hasta que abandone sus tejidos
XII Solo quiero dormir en tus muslos
XIII ¡Vamos a amarnos!
XIV Quiero que me acaricien tus dedos delgadísimos
XV Te miro mientras duermes
XVI Las piedras exhalaban imágenes de cuerpos dudosos
II
XVII El día que me dejaste
XVIII Los días que tuvimos de felicidad en el nido
XIX Ahora se oyen helicópteros en vez de pájaros
XX Tus mejillas crujían de hambre
XXI En algún rincón hay esperma seco a punto de hablar
XXII Los almendros mueren si les quitas el polvo
XXIII Detrás de la fábrica hay una bahía de pescadores
XXIV Amor estoy en la parada de un autobús que va hacia el desierto
XXV El amor muere mientras envejezco
XXVI Te he buscado a uno y otro lado de la noche
XXVII Soy un viejo que mira el reloj a las doce
XXVIIII Las láminas de aluminio del frigorífico brillan
XXIX Vivo en una casa de campo amada por los cuervos
XXX No he dejado de amarte, ésa es la única canción
XXXI Digo la palabra amor y el mañana es imposible
XXXII No sé cómo dormir esta noche
XXXIII Amor somos árboles de un paisaje podrido
XXXIV Cuando me dejas me quedo hundido cariño mío
III
XXXV Quiero volver a encontrarte en lo que eres
XXXVI La vieja música quiere volver a sonar
XXXVII Me sonreíste con tu cara rosada llena de espinillas
XXXVIII Por el patio gris, donde las canastas muertas
XXXIX Pasemos el tiempo mirando detrás del ventanal
XL Bésame y poseeré tu dolor
XLX Quítame los tirantes de barro, asciende conmigo
XLII Aprieto el corazón contra tu pecho
XLIII Solo quiero salvarme de lo que odio
XLIV Todos los nombres que imagino te buscan por dentro
XLV Estás demasiado lejos, por eso te amo sin cansarme
XLVI El pueblo descansa en un sueño de otoño
XLVII Te amo tanto como a la oscuridad
XLVIII El sol se duerme en tus músculos hermosísimos
XLIX Recuerda, el sexo tenía destellos de un vibrar eterno
L Si creo en la vida es porque me has amado
LAS CUATRO ESQUINAS. NAVIDAD, PASADO, DINERO, TIEMPO. LA LIGA DE LAS LUCES. Como se me remueve algo adentro, y las dagas del pasado se clavan en mi pecho, sé que es Navidad, y por ella llego al fútbol como un bebé llega al pezón de su madre. Aquellas navidades eran solo fútbol. Jugando por la mañana en calles embarradas. Apurando el mediodía. Otro partido mientras aguanten las madres. Al atardecer no se encendían las farolas. Jugábamos en la penumbra luminosa que creaba un árbol de Navidad en la cal...
Tengo un sentimiento contradictorio con la Navidad. Y según los años me van haciendo heridas, como a los árboles, la penumbra y el gozo de la memoria se hacen conmigo. Me rodean las luces y unos villancicos, cada vez más ausentes, me abren el pecho y se alojan en el olvido. Como a Proust el sabor de la magdalena le llevaba a la infancia, a mí esos soniquetes interminables me llevan a lejanos días de risas y luces, abrazos y bienvenidas, de pícaras noches oliendo a anís prohibido pidiendo el agui...
LAS CUATRO ESQUINAS. DUDAS, INJUSTO, MADUREZ, GRANDE. RENQUEANTE PERO AFANZA. Antes de jugar bien hay que ganar, o quizás antes de ganar hay que jugar bien. Esto es algo así como la metafísica del fútbol, en la que podríamos decir que Xavi hace de Platón y Simeone de Aristóteles. Xavi llegó con el idealismo de la excelencia. Hasta que se dio cuenta de que no tenía ni a Messi ni a Iniesta ni a él mismo. Simeone siempre mantuvo el silogismo básico. Lo importante es ganar, o sea marcar más goles. Al f...
Si desea recibir información de esta página: