05/02/2023

LOS SUMERGIDOS

Observando la estructura de ingresos y salarios en España vemos que el problema económico más importante que tenemos es la gran desigualdad. El 20% más rico recibe el 43% de las rentas del trabajo. Casi el 20% (27% en las mujeres) cobra el salario mínimo. De los tres millones de parados más de un millón están sin prestación. Las rentas medias se reducen, su peso es hoy menor que hace treinta años. La renta media de las mujeres es de 17.937 euros y la de los hombres 18.275 euros. El informe "Radiografía de medio siglo de desigualdad en España", publicado por la Fundación "la Caixa", dice que el 32,0% de la población está en el estrato de rentas bajas, un 58,5% en el segmento intermedio y solo un 9,5% en el grupo de renta alta. Esa segmentación se aleja mucho de la de los países nórdicos y centroeuropeos, que deberían ser nuestro ejemplo, y se acerca a los anglosajones.

Esta indeseable desigualdad se está convirtiendo en crónica, pues si antes desaparecía en los ciclos de expansión económica, ahora no. Desde la crisis de 2008 las rentas bajas en nuestro país han tenido la peor evolución, y las rentas altas la mejor, siendo por ello el país de la UE donde más aumentaron las diferencias entre los ricos y los pobres. Por algo en los últimos quince años se ha duplicado el porcentaje de niños en hogares sin empleo. Por algo según Cáritas la pobreza severa en España llega a seis millones de personas, y más de ocho millones tienen algún factor negativo que les puede acercar a la exclusión.

Las razones que explican este problema son la estructura productiva –con un menor peso de las ramas de alta tecnología–, el alto nivel de desempleo, la notable incidencia del trabajo de bajos salarios y el reducido tamaño del sistema de impuestos y prestaciones monetarias. A ello hay que añadir la poca capacidad redistributiva que tenemos y la ausencia de una estructura eficaz en la gestión de la eliminación de la pobreza.

Es necesario, por tanto, en un primer momento, ayudar a los más vulnerables, muy heridos ante esta cadena de crisis: 2008, Covid, guerra Ucrania. También habrá que realizar un pacto contra la desigualdad y la pobreza en el que se contemplen, entre otras muchas medidas, nuevos impuestos específicos (sobre todo a los beneficios extraordinarios). No hacerlo sería de una terrible irresponsabilidad por parte de nuestros políticos. Pero de manera urgente hay que tomar medidas, entre las que no me parecen buenas las bajadas de IVA o subvenciones generalizadas, porque incluyen a los ricos y son caras y regresivas. Creo que es mejor crear políticas de transferencias a los colectivos más vulnerables, con un coste asumible, y mejorar bastante la capacidad de gestión de quienes han de aprobarlas y pagarlas.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 03/06/2023 a las 20:06h.