NIÑOS HERIDOS

11/06/2023

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Cuando al amanecer abre sus ojitos un vaho de coca envuelve el piso. Desde que el salió el sol gente extraña pulula por allí. Entran y salen rápido. En cuanto tienen la mercancía se van. El niño no entiende nada de ese trasiego pero su blanda inteligencia le dice que de mayor será uno más de los que llegan a comprar desesperados con las babas fuera, con los ojos llorosos y el cabello lleno de polvo. Quizá si se lo monta bien estará entre los que venden, pues se percibe que ellos tienen el control absoluto sobre los que compran.

Tiene pocos años pero ya le han metido de lleno en la batalla por la vida. Apenas ha disfrutado de la infancia, aunque sabe que está llena de cariño, arrumacos, juguetes y caprichos. Él solo ha tenido broncas, droga, trastornos siquiátricos, pobreza y abandono escolar. Cuando abre los ojos esa mañana ese niño no sabe que una parte de su biografía ya está escrita.

Están realizando una encuesta por el barrio sobre los efectos de la pornografía en la salud afectivo-sexual. Si le preguntan, sabrán que supera la media de un amplio estudio que nos dice que un 25% antes de los 20 años habrían visto entre 1.000 y 5.000 horas de porno. Él se ha pasado las horas mirando cualquiera de los millones de web libres y gratis que existen en la red. El sexo lo ha aprendido ahí. El porno es el único manual de instrucciones que tiene.

Ahí ha aprendido que a ellas les gusta que las fuercen y que les peguen y en último extremo, que las violen. Que ejercer la violencia o someterse a ella es excitante. Que siempre el sexo implica coito, sin protección, y vejándolas a ellas.

Marginalidad, desafección y falta de educación son los ingredientes del coctel humano de este chaval menor de 14 años, por tanto sin responsabilidad penal. Seis como él el 5 de noviembre a punta de navaja llevaron a una niña de 11 años a los lavabos del Centro comercial Rock de Badalona. La violaron y cuando ella lo denunció al vigilante no le hizo caso. Luego estuvo 40 días encerrada en su habitación, sin apenas comer o salir, y se supo todo cuando su hermano vio el horrendo video sobre la violación en el colegio.

La mitad de las víctimas de violaciones grupales son menores. En 2021 hubo 3.805 víctimas menores de 13 años y 4.512 de entre 14 y 17 años. Además solo se detecta un 2% de los ataques sexuales, unos 400.000. Se une marginación y falta de educación afectivo sexual. La reforma del aborto y la Ley del Si es Sí obligan a que exista esta asignatura, pero aún no se ha dado ningún paso, siendo, como es, de lo más urgente. Pensemos en qué es mejor: ¿que nuestros hijos accedan a una educación afectivo sexual a través de un profesional cualificado, o en la libre circulación de cualquier tipo de porno en internet, que nadie controla?